¿Cómo funciona el CBD?
Las acciones del CBD en el cerebro y el cuerpo son bastante complicadas. Los efectos beneficiosos del CBD operan a través de diversas vías biológicas, en lugar de por una sola acción.
El CBD interactúa directamente con varias proteínas del cuerpo y del sistema nervioso central, algunas de las cuales son componentes del sistema endocannabinoide. El CBD tiene afinidad por los receptores cannabinoides CB1 y CB2. Los cuerpos además tienen otras proteínas receptoras que participan en el sistema endocannabinoide, como GPR3, GPR6, TRPV1 y TRPV2, por ejemplo. El CBD se une a todos estas y sus posibles efectos antiinflamatorios y analgésicos pueden ocurrir a través de tales vías.
El CBD tiene otros roles muy importantes fuera del ECS. Por ejemplo, el CBD activa levemente uno de los receptores de serotonina predominantes en el cerebro (5-HT1A) en ratones, lo que puede explicar sus supuestos efectos sobre la depresión y la ansiedad. También actúa en los receptores activados por proliferadores de peroxisomas en ratones, lo que puede indicar su utilidad para combatir la inflamación.
Por otra parte, cuando se trata del CBD es seguro usarlo ya que inclusive hasta un reporte de la Organización Mundial de la Salud indica que no existen problemas de la salud asociados con el uso de CBD y que tampoco presenta efectos de dependencia en las personas. Esto significa que no corres ningún riesgo al utilizarlo.
¿Cuáles son las propiedades del CBD?
Las propiedades del CBD son muchas, pero algunas destacan más que otras, tales como las que serán explicadas a continuación:
Neuroprotector: Hay un receptor en el cerebro que puede ayudar a las personas con trastornos neurodegenerativos. Los trastornos neurodegenerativos son enfermedades que hacen que el cerebro y los nervios se deterioren con el tiempo, este receptor es el receptor CB1.
El aceite de CBD puede tratar la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson y los accidentes cerebrovasculares. El CBD también puede reducir la inflamación que empeora los síntomas neurodegenerativos.
Anticancerígeno: Hay estudios que investigan la eficacia del Cannabidiol para prevenir el crecimiento de células cancerosas. Los expertos propusieron que el Cannabidiol puede ayudar a aliviar los síntomas del cáncer y los efectos secundarios que vienen con el tratamiento del cáncer.
La acción del CBD es prometedora para el tratamiento del cáncer, ya que tiene la capacidad de moderar la inflamación y puede cambiar la forma en que se reproducen las células. También tiene el efecto de reducir la capacidad de algunos tipos de células tumorales para reproducirse dentro del cuerpo, reduciendo así la velocidad a la que se propaga.
Reductor de estrés y ansiedad: El CBD es eficaz cuando una persona se enfrenta a situaciones de alto estrés porque posee propiedades reductoras del estrés y la ansiedad y es responsable de tu capacidad para ayudar a reducir la presión arterial.
Promotor de la salud cardiovascular: El Cannabidiol relacionado con varios beneficios para el sistema circulatorio y, lo más importante, el corazón. Tiene la capacidad de reducir la presión arterial alta. Adicionalmente, varios estudios en animales han demostrado que el CBD puede reducir la inflamación y la muerte celular, lo que puede empeorar en enfermedades cardíacas debido a sus poderosas propiedades antioxidantes y reductoras del estrés.
Trastornos convulsivos: Es un compuesto que puede reducir las convulsiones en adultos y niños. Por ello puede encontrarse entre los ingredientes de medicamentos recetados que se usan para tratar las convulsiones causadas por el síndrome de Dravet o el síndrome de Lennox-Gastaut.
El CBD también reduce las convulsiones en personas con complejo de esclerosis tuberosa, síndrome de Sturge-Weber, síndrome de epilepsia relacionada con infección febril y trastornos genéticos específicos que pueden causar encefalopatía epiléptica.
El Sistema Endocannabinoide ayuda a mantener el complejo equilibrio entre las distintas funciones biológicas de nuestro organismo. A este proceso se le conoce como homeostasis.
El THC y el CDB son dos de los más de 100 cannabinoides que la planta produce. Su descubrimiento ha abierto un nuevo campo en la investigación de los procesos que regulan nuestro organismo.
Gracias a las investigaciones, actualmente se sabe que algunos cannabinoides tienen aplicaciones terapéuticas que los hacen de gran utilidad en el tratamiento del dolor crónico y que administrado en dosis adecuadas ayudan a controlar la epilepsia, son capaces de estimular el apetito en pacientes que se encuentran en tratamientos contra el cáncer o VIH y que puede ser usado para controlar trastornos nerviosos y ciertas enfermedades.
El cannabidiol (CBD) puede ser el segundo compuesto más prominente de la planta de cannabis, pero en estos días, es sin duda el más popular entre la población general. Aunque un poco menos dominante e históricamente menos solicitado que su contrapartida de alta inducción, el THC, el CBD se ha convertido en una tendencia importante no solo en la industria del cannabis, sino también en la salud y el bienestar, los alimentos e incluso los productos cosméticos. El creciente interés en la CBD, combinado con la creciente evidencia que detalla sus beneficios terapéuticos, nos ha hecho sentir curiosidad por este cannabinoide no intoxicante y por lo que puede hacer por nosotros.
Aunque tenemos un largo camino por recorrer para dominar la ciencia de la CBD y desbloquear todo su potencial medicinal, tenemos una comprensión práctica de cómo las moléculas de CBD interactúan con el sistema endocannabinoide del cuerpo (ECS) para producir una variedad de beneficios terapéuticos. Aquí hay una introducción rápida sobre el sistema endocannabinoide de su cuerpo, cómo interactúa con el CBD y los beneficios potenciales que podemos obtener de esta interacción.
El sistema endocannabinoide (ECS)
El primer endocannabinoide fue descubierto por Raphael Mechoulam, junto con los investigadores del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) William Devane y el Dr. Lumir Hanus, en 1992, lo que lo convierte en un descubrimiento científico relativamente nuevo. Aunque aún se necesita más investigación para comprender completamente la mecánica del ECS, los investigadores han identificado su presencia en todo el cuerpo, manteniendo un equilibrio regulatorio interno, u homeostasis, en varias funciones corporales. El ECS está presente en las células inmunitarias del torrente sanguíneo, en prácticamente todas las células del cerebro, a través de la médula espinal, a través del sistema cardiovascular y en nuestra piel.
El ECS está formado por tres componentes principales:
- Endocannabinoides (cannabinoides endógenos o cannabinoides nativos del cuerpo),
- Receptores a los que se unen los endocannabinoides
- Enzimas que los descomponen para provocar una respuesta corporal.
Los dos receptores de cannabinoides más estudiados dentro del cuerpo se llaman CB1 y CB2. Los receptores CB1 se encuentran principalmente en el sistema nervioso central, donde regulan la función cerebral. Los receptores CB2 son más prominentes en las células inmunes en todo el torrente sanguíneo. Los fitocannabinoides, o cannabinoides de la planta de cannabis, pueden provocar respuestas terapéuticas en el cuerpo al unirse a estos receptores.
El sistema endocannabinoide permite que el CBD ayude a tratar una amplia gama de síntomas. CBD se une a los receptores CB1 y CB2. También interactúa con el cuerpo a través de varias otras vías biológicas, y se cree que produce efectos terapéuticos al activar múltiples vías a la vez.
CBD también tiene una relación complicada con THC, directamente relacionada con la forma en que ambos interactúan con el ECS. A nivel molecular, el CBD hace lo contrario de lo que hace el THC. El CBD es un agonista inverso de los receptores CB1, donde el THC es un agonista. Cuando se toman juntos el CBD y el THC, el CBD tiene el potencial de frenar los efectos secundarios negativos del THC activando una respuesta inversa de los receptores CB1.
Propiedades terapéuticas del CBD
Las propiedades terapéuticas más importantes del CBD, demostradas con distinta calidad de evidencia son:
- antiinflamatorio
- analgésico
- neuroprotector
- anticonvulsivante
- antioxidante
- anti-náusea y antiemético
- antitumoral
- ansiolítico
- antipsicótico
- reductor de la apetencia por heroína, cocaína y alcohol
- inmuno-modulador
Estas propiedades hacen que el CBD se utilice en el tratamiento de múltiples enfermedades, algunas de las cuales son:
- epilepsia
- enfermedades neurodegenerativas (por ejemplo, Alzheimer, Parkinson y Esclerosis Múltiple)
- dependencias químicas
- ansiedad
- psicosis
- trastorno de espectro autista
- enfermedades inflamatorias crónicas como la poliartritis crónica, enfermedad de Crohn, enfermedad inflamatoria intestinal,
- acompañamiento de la quimioterapia
- tratamiento antitumoral
Más allá de sus usos terapéuticos, en algunas jurisdicciones, el CBD es recomendado como suplemento alimentario.
Efectos adversos del CBD
Dentro de los efectos adversos, en general de entidad leve a moderada, cuando se usa CBD en dosis terapéuticas pueden presentarse sensación de cansancio, somnolencia, sequedad de boca, cefaleas, mareos y disminución del apetito. En general mejoran con la reducción de la dosis de CBD y desaparecen al suspender la administración.
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